Extractos del capítulo 10. Vivir en el noveno Mundo
Fotografía de la contraportada del Manual, mapa del Noveno Mundo |
"...Para las gentes del Noveno Mundo, la historia escrita empezó hace unos 900 años, obra de unos eruditos que se organizaron en lo que mas adelante se convertiría en los Sacerdotes de los Eones. Antes de eso, los humanos vivían en tribus bárbaras y aldeas agrarias dispersas.
Nadie sabe cuanto tiempo pasó entre la caída de la civilización anterior y el nacimiento del Noveno Mundo. Del mismo modo, nadie se pone de acuerdo a la hora de explicar cómo surgió el Noveno Mundo. Está claro que muchos habitantes de los mundos anteriores no eran humanos, aunque es probable que algunos si lo fueran.
El Primer Pontífice del Ambar organizó a los Sacerdotes de los Eones formando la Orden de la Verdad hace cerca de 400 años. En aquella época, los reinos de lo inalterable empezaron a consolidar la forma que tienen ahora, aunque han tenido lugar guerras, revueltas y cambios diversos( y seguramente queden más por venir).
En cualquier caso, para los eruditos y pensadores con más perspectiva, los pequeños cambios y reyertas de los últimos siglos no son nada en comparación con el inmenso e inescrutable pasado de la Tierra. Probablemente esto sea una de las razones por las que las gentes del Noveno Mundo no se preocupan mucho por la historia...
arte conceptual de Silver Saaremäel |
El Noveno Mundo... surgido de entre las ruinas de sus antiguos y muy avanzados antepasados... las masas de Tierra se han reunido para formar un vasto supercontinente rodeado por mares aparentemente interminables recorridos por peligrosas tormentas. pero, ¿adoptó la Tierra esta disposición bajo la acción de fuerzas naturales a lo largo del Tiempo o la diseñó de este modo una civilización anterior? Ciertamente, los antiguos habitantes de los mundos anteriores tenían la capacidad de moldear este y, probablemente, otros planetas a voluntad.La prueba de esto está por todas partes, los paisajes "imposibles" son algo común en la orografía de este mundo. Flotan en el cielo islas de cristal. Montañas invertids se alzan sobre llanuras de vidrio roto. Estructuras abandonadas del tamaño de reinos enteros se extienden en toda su amplitud, tan enormes que afectan a la meteorología. Máquinas inmensas, algunas aún activas, se revuelven y traquetean. ¿Pero con que fín?
imagen de Anna Christenson |
A lo largo de la costa oriental se encuentra Lo Inalterable, un puñado de reinos y principados con poco en común más que una religión que los unifica. Esta religión, llamada la Orden de la Verdad por sus seguidores ( y el pontificado de ámbar por los demás), venera el pasado y el conocimiento de los antiguos tal y como lo interpretan los enigmáticos sacerdotes de los Eones. Por decreto del Pontífice de Ámbar, Lo Inalterable y la Orden de la Verdad se encuentran en guerra con las tierras del norte, de la que muchos creen que está bajo influjo de una secta secreta y misteriosa llamada los Gaianos. Los nobles de lo Inalterable son llamados a las Cruzadas, a guerrear contra los infieles con las armas más extrañas descubiertas o ideadas por estos sacerdotes.
Al otro lado de las fronteras de Lo Inalterable se encuentra El Más Allá, una amplia extensión salvaje salpicada de poblaciones muy dispersas y aisladas. El Más Allá también alberga a Sacerdotes de los Eones, pero estos no están vinculados a una red organizada y no responden ante el Pontífice de Ámbar. En lugar de eso, estos sacerdotes moran recluidos en claves. Alrededor de estos claves, se alzan pequeños pueblos y poblaciones conocidas como aldeia. Cada clave ha descubierto y domina varios elementos de numenéra, lo que confiera a cada aldeia una identidad distinta. En una, los habitantes podrían criar como ganado animales únicos diseñados con ingeniería genética.En otra, los moradores podrían pilotar aerodeslizadores antigravitarorios y correr entre los tejado de ruinas antiguas. En otra, los sacerdotes del clave pueden haber desarrollado una manera de detener casi completamente el envejecimiento, volviendo a los residentes casi inmortales, y algunos sin duda aceptarían vender el secreto... por un precio desorbitado. Dado que las aldeia están dispersas y separadas por grandes distancias llenas de peligros, comerciar con estos descubrimientos es algo esporádico y casual.
Fotografía del Manual editado por Holocubierta |
Pero no todos los pueblos ni tribus de El Más Allá poseen un clave que les ayude y guíe su avance entre los peligros del pasado. Algunas de estas civilizaciones han intentado servirse del numenéra por sí mismas, desatando horrores, plagas o misterios más allá de toda comprensión. Los viajeros podrían encontrar un pueblo donde los habitantes se hayan transformado en monstruosidades devoradoras de carne,o una cuya población trabaje como esclavos de una inteligencia artificial abandonada en una era anterior.
Fuera de la aldeia y otros asentamientos, los peligros se multiplican. Entre las ruinas del pasado acechan tribus de salvajes adhumanos que son tan propensas a matar como a hablar con exploradores. Nubes de máquinas diminutas en invisibles llamadas el Viento de Hierro azotan la religión, alterando todo lo que tocan. Monstruosos depredadores, antiguas máquinas de matar y seres extraterrestres o transdimensionales perdidos (también llamados ultradimensionales o ultraterrestres) son otras amenazas que acechan los límites sin cartografiar del Más allá. Pero, del mismo modo, un explorador cauto y capacitado puede encontrar numenéra asombrosos que puedan llevar a cabo cualquier efecto imaginable.En el Noveno mundo, el numenéra es tanto la recompensa como el propio peligro ."